(Haces la señal de la cruz ante de leer y lees todo sin prisa…) – 11 de julio de 2024
§1: La eternidad.
§2: La vida en el Cielo
§3: ¿Qué quiere el diablo?
§4: Se han formado dos bandos en el mundo
§1
«Mis queridos Hijos, Yo soy vuestro Dios, vuestro Maestro, vuestro Señor, vuestro más querido Amigo y todo lo que sois en el Bien es querido por Mí para vosotros. Os doy Mi Vida, Mi Amor, vuestra Vida y vuestra Eternidad. Cuando os encontraréis en Mi Eternidad, os daré a conocer todo lo que soy, todo lo que hago, todo lo que Me incumbe y todo lo que os presentaré. Sí, os presentaré Mis realizaciones, participaréis en ellas y quedaréis sobrecogidos por todo lo que veréis, comprenderéis y en lo que participaréis.
La vida en Mi Cielo es unión total con Dios, con Su Obra, con Su Conocimiento, pero Él sigue siendo Dios, mientras que Mis Santos en Mi Cielo son todos Mis muy queridos, Mis colaboradores, Mis muy activos y Mis muy amados. Cada ser será Mi predilecto y lo será verdaderamente sin suscitar ninguna envidia entre Mis santos. Todos serán perfectos, todos ellos tan amorosos, tan caritativos y tan devotos, olvidados de sí mismos como nunca, y ninguno imaginará otra cosa que el mejor bien.
Esta unión es la característica de la sociedad del Cielo, con sus diferencias, su pluralidad, sus particularidades, y todos se añaden lo que podría faltarles, pero no les falta.
El Cielo es la voluntad personal, la identidad de cada uno. Por eso, aunque Dios lo tiene todo en Él, es tan rico, tan variado, siempre nuevo, siempre bienvenido. El Cielo es la morada de Dios, para quien ninguna morada puede bastar, sino que, en el Cielo, está en casa, y todos están con Él, en casa en Él y en casa en Dios.
§2
Como Él, la morada de Dios es infinita, variada, inmensamente buena e inmensamente bella; lo incluye todo: toda belleza, toda alegría, toda bondad, toda novedad, todo interés, todo conocimiento y también todo conocimiento nuevo; es infinitamente variada y ningún pequeño grano de arena viene jamás a perturbarla. No hay aburrimiento, nunca, no hay vergüenza, nunca, no hay disensión, nunca. Siempre algo nuevo, siempre amor, siempre apertura. El Cielo es un paraíso siempre renovado, siempre apropiado, siempre ejemplar.
Hijitos, éste es el futuro que os tengo reservado, por eso no temáis nunca los males que el demonio os trama en la tierra, que a veces parecen insuperables pero no pueden serlo porque en la tierra todo es finito, sólo en el Cielo todo es infinito.
Si sufrís en la tierra, podéis estar seguros de que en el Cielo seréis aliviados; en el Cielo todo lo que es finito parecerá mínimo, mientras que vosotros estaréis en lo infinitamente grande, en lo infinitamente maravilloso.
Todo lo finito os parecerá minúsculo e insignificante, y sin embargo serán los méritos que ganéis en este mundo inconsistente los que os darán acceso a lo que hoy es inimaginable, inconcebible e inmerecido, tan inaccesible es el Cielo para vosotros en vuestro estado de criatura pecadora e inmadura.
La Bondad Divina sobrepasa toda medida, y en la tierra, sólo unos pocos santos han podido experimentar los comienzos de ella. Santa Teresa de Ávila, Santa Teresa de Lisieux, San Francisco de Asís y el Padre Pío fueron hijos mimados de Dios en la tierra, mientras que sus sufrimientos los hicieron crecer, los purificaron y los santificaron. No tengáis miedo al sufrimiento, queridísimos hijos Míos, tenéis un cuerpo mortal y por eso no puede alcanzar alturas sin superarse a sí mismo.
Pero por vuestra unión con Cristo Redentor, que lo aceptó todo -los insultos, los desprecios, los disgustos, las contrariedades, las heridas, los dolores, las fatigas y, finalmente, la muerte-, todos estos ataques del demonio, destinados a haceros perder vuestra confianza cristiana si no está unida a la confianza del Hombre-Dios que los venció todos, os traerán, como a Él, la Resurrección y la Vida eterna.
§3
- ¿Qué quiere el diablo?
- Cualquier cosa que vaya en contra de la Voluntad de Dios para ti.
- ¿Qué futuro os propone?
- Cualquier cosa que vaya en contra de las promesas de Dios de una eternidad bienaventurada.
- ¿Cómo actúa en este mundo?
- Provocando disputas, malentendidos, violencia, robos, desunión, indignación, cualquier cosa que cause dificultad, incomprensión, desilusión, vergüenza o descontento.
- ¿Cómo debemos reaccionar ante esas dificultades?
- Como el propio Señor Jesucristo, que nunca se rindió ante la negatividad. Él respondía, pero su temperamento siempre ecuánime le permitía dominar cualquier situación agresiva; Él era la Palabra siempre correcta, siempre clara, siempre equilibrada, siempre dominante. También sabía callar cuando no se le escuchaba, cuando no se le oía. Sed a Su imagen, amadle, admiradle, adoradle.
Hijos Míos, queridísimos hijos Míos, os estoy explicando el comportamiento de los Santos en el Cielo, en esta Vida eterna a la que os invito a venir y a uniros a Mí después de vuestra vida en la tierra. También os he explicado a menudo la influencia del demonio y lo que os prepara si os dejáis engañar por su juego.
§4
- El mundo está ahora, más que nunca, en sus manos y ¿qué te ofrece?
- La destrucción de tu mundo, la destrucción de la humanidad y su corrupción.
Este es su plan, y os estáis dejando llevar por la mayor incomprensión de lo que está sucediendo actualmente en el mundo. Sois como conejillos de indias arrastrados al mal con la mayor ignorancia de lo que el diablo trama contra vosotros, y llamáis miserables, enemigos y alborotadores a los pocos que son lúcidos y no se prestan al juego criminal de Mamón y sus compinches.
En el mundo se han formado dos bandos, por un lado, los apóstatas y por otro los que no tienen o han dejado de tener la única religión verdadera y santa: la religión católica en la verdadera tradición de sus dos mil años de historia.
- Así pues, el mundo está dividido en dos, ¿y quiénes son los agresores?
- Los que rechazan a Jesucristo, ¡no puede ser de otra manera!
Acaso no dije cuando aún vivía en la tierra:
“Cuando el espíritu inmundo ha salido del hombre, vaga por lugares estériles en busca de descanso. Al no encontrarlo, dice: ‘Vuelvo a la casa de donde salí’. Cuando llegó, la encontró limpia y ordenada. Entonces fue a buscar a otros siete espíritus más malvados que él; volvieron y se instalaron allí. Y el estado final de aquel hombre llegó a ser peor que el primero” (Lc 11, 24-26).
Sí, Mis muy queridos Hijos, así es hoy en vuestros países de Occidente. Están ocupados por Lucifer, Belcebú, Mamón, Asmodeo, Baphomet y muchos otros.
Convertíos, salid de sus garras malignas y volved a Mí. Encontraréis paz en vuestras almas, paz en vuestras familias y paz en el mundo.
Bendito sea Dios, el único Altísimo, el único Dios Bueno, el Todopoderoso que os ama y quiere sacaros de las garras de estos demonios malignos que tanto daño os quieren hacer.
Os bendigo en el Nombre (+) del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Vuestro Dios, el Amado. »
Fuente: srbeghe.blog