12 DE NOVIEMBRE DEL 2021 - MENSAJE DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL A SU AMADA LUZ DE MARÍA
Graves desastres continúan suscitándose por la Tierra
"Amado Pueblo de la Trinidad Sacrosanta:
SOY ENVIADO A COMPARTIRLES LA VOLUNTAD TRINITARIA.
VENGO A LLAMARLES URGENTEMENTE PARA QUE SE PREPAREN ESPIRITUALMENTE.
Cada criatura humana debe crecer en el espíritu, debe luchar por su salvación y a la vez, auxiliar a sus hermanos fraternalmente ante los padecimientos que ya viven y los que faltan por desarrollarse a plenitud.
Les llamo a la preparación espiritual, sin la cual la criatura humana no logrará vencer la maldad de quienes están a las órdenes del Anticristo.
¡DEBEN SER MÁS DECIDIDOS! Todos saben que la humanidad se encuentra en el cumplimiento de las Profecías, solo que algunos ven y no quieren reconocer lo que verdaderamente está sucediendo.
¡NO RECONOCEN LOS SIGNOS Y SEÑALES! Las criaturas ignorantes y de mente estrecha son tercas manteniendo el espíritu cautivo de sus caprichos y desdenes.
Aunque les aseguren que no se encuentran en el momento en que grandes Profecías se dan a cumplimiento, ustedes, que reconocen los Signos y Señales, permanezcan inamovibles dentro de lo que van reconociendo.
ES DE PRIMERA NECESIDAD EL QUE ELEVEN EL ESPÍRITU PARA QUE CREZCAN CADA MOMENTO. NECESITAN DISCERNIR PARA QUE NO SEAN LLEVADOS A UN OBRAR Y ACTUAR CONTRARIOS A SUS PRINCIPIOS.
Es urgente que la criatura humana posea un camino definido y sea poseedora de conocimiento para que no abandone a Nuestro Rey y Señor Jesucristo al ser engañada.
ESTA GENERACIÓN PASA POR DOS ESTADOS:
- Uno el del padecer en demasía, estado que les llevará a envidiar a los muertos... (Cf. Ap. 9,6)
- El otro, el estado sublime del disfrute del Amor Divino y del sentir profundamente la presencia de Nuestra Reina y Madre.
SIN DEJAR PARA DESPUÉS EL INICIO DE LA CONVERSIÓN:
- Dispónganse a ser hijos de la Voluntad Divina, hijos de la Reina y Madre.
- Dispónganse a solicitar nuestro auxilio, ¡ya!
Si los acontecimientos llegan sin anunciarse, el hecho de estar dispuestos a ser hijos de la Voluntad Divina, les es tomado en cuenta de “ipso facto”.
Pueblo de la Trinidad Sacrosanta:
Graves desastres continúan suscitándose por la Tierra: las fallas tectónicas se han activado completamente y los fenómenos atmosféricos serán noticia que afectará a la aviación. Las imprevistas inundaciones en varios países serán noticia, así como los objetos procedentes del Espacio que ingresan a la Tierra, sin dejar de lado el desarrollo de la guerra.
¡Prepárense! Las mentes invadidas por el mal han dispuesto que la humanidad padezca sin la tecnología ni los adelantos que disfrutan sin la electricidad ni alimentos. La comodidad será un sueño del pasado.
Quien vive en obediencia y entregándose con fe y amor a la Voluntad Trinitaria y a Nuestra Reina y Madre, los acontecimientos le serán menos tormentosos.
Quienes viven con envidia hacia sus hermanos, quienes sumidos en la impaciencia, en el orgullo, la prepotencia y en desobediencia a la Voluntad Trinitaria, no poseerán paz en el corazón y les será un verdadero tormento cuanto acontezca.
¿Cuántos esperan el Aviso sin una consiente revisión de la vida, de cada detalle, obrar y actuar en que han incurrido con o sin consentimiento, para que busquen el Perdón Divino y se prepararen para el momento del Aviso?
El Aviso es el mayor acto de Misericordia Divina para esta generación, en el que se mirarán a sí mismos de forma particular, en el que vivirán el valor de las acciones u omisiones cometidas. (*)
El Aviso es el momento de Misericordia Divina y Reconocimiento Divino para quienes se han sacrificado y han optado por ser posesión de la Trinidad Sacrosanta y de Nuestra Reina y Madre.
LA MISERICORDIA DIVINA NO SE AGOTA, DARÁ MÁS OPORTUNIDADES A SUS HIJOS PASADO EL AVISO.
Grandes cambios se dan, la criatura humana vive mirando a su semejante como inferior, negándose la paz.
Oren hijos, oren, Argentina padece, el pueblo se encuentra flagelado.
Oren hijos, oren, Europa parecerá desierta.
Oren hijos, oren, el cautiverio es dictado por el Demonio.
Oren hijos, oren, la Iglesia se estremece.
Hemos sido llamados a mantener la defensa del Pueblo de Dios, Nuestra Reina y Madre comanda esta batalla contra el mal y al final Su Corazón Inmaculado triunfará.
Sin temores, sin detentes, continúen en Fe, colocando todo obrar y actuar ante la Trinidad Sacrosanta y encomendándose a Nuestra Reina y Madre para que el mal no les toque.
¡Adelante, Pueblo de Dios! Somos enviados a protegerles. En total fidelidad a la Trinidad Sacrosanta y en unidad a Nuestra Reina y Madre...
CRISTO VENCE, CRISTO REINA, CRISTO IMPERA
San Miguel Arcángel."
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA
AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA
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Fuente: Revelaciones Marianas
Orad por la Iglesia, sus Jerarquías, los consagrados válidamente ordenados, durante este tiempo de confusión y apostasía. No caigáis en la trampa de la división, ni siquiera con aparentes buenas razones. Volved la mirada a la vida de los santos, como San Martín de Porres y San Padre Pío de Pietrelcina, el primero discriminado y el segundo combatido por la misma institución. Que sus comportamientos en la adversidad sea un ejemplo...
“La Iglesia es la Casa de Dios. Está prohibido que los hombres entren aquí con los brazos desnudos y usando pantalones cortos. Está prohibido que las mujeres entren con los pantalones cortos, con los vestidos cortos, de cuello bajo o sin mangas."
"¡Padres de familia, enderezad el rumbo de vuestros hogares!, dialogad mucho con vuestros hijos; sacad tiempo para escucharlos, porque muchos hogares se están perdiendo por la falta de amor, diálogo, comprensión y ante todo por la ausencia de Dios. Volved a llevar a Dios a vuestros hogares, rezad mi Santo Rosario, porque familia que reza unida, permanece unida."
31 de Enero del 2022 "Padre Celestial, hoy rindo mi corazón a Ti. Ayúdame a ser Tu instrumento en el mundo. Cúbreme con la Preciosa Sangre de Tu Divino Hijo. Protégeme de todo mal. Protégeme de cualquier plan maligno que Satanás pueda tener para mí el día de hoy. Revísteme de Tu Divina Voluntad. Amén"
"Oh, Corazones de Jesús y de María; me consagro, consagro mi familia y al mundo entero, a vuestros Amantísimos Corazones. Atended a la súplica que os hago y aceptad nuestros corazones en los Vuestros, para que seamos librados y protegidos nosotros y el mundo entero de toda maldad y de todo pecado. Que la protección de vuestros Dos Corazones, sean refugio, fortaleza y amparo, en las luchas espirituales de cada día. Que el poder de vuestros Dos Corazones, irradie al mundo para que sea protegido de la maldad y el pecado. Nos consagramos voluntariamente y consagramos a la humanidad entera a vuestros Corazones; seguros y confiados por vuestra Gran Misericordia, de obtener la victoria sobre las fuerzas del mal en este mundo, y la Gloria Eterna en el Reino de Dios. Amén"
"Me coloco en la presencia de la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo) y por el poder de la Sangre de nuestro Señor Jesucristo, rompo, desbarato, pisoteo, aniquilo e invalido y cancelo de mi ser físico, síquico, biológico y espiritual, toda maldición que haya sido puesta sobre mí, sobre mi familia y árbol genealógico, por cualquier persona, familiar o antepasado por medio del ocultismo o espiritismo. Por el poder de la Sangre Preciosa de Nuestro Señor Jesucristo y por la intercesión de la Santísima Virgen María, San Miguel, San Gabriel, y San Rafael, rompo e invalido toda maldición, cualquiera que sea su naturaleza en el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Amén (Repetir 3 veces la oración)" 
"Oh Jesús de la Divina Misericordia, escucha mis súplicas hacia Ti, pues estoy aquí para hacer tu voluntad."
"Oh Glorioso Patriarca San José, Padre adoptivo de Jesús y Esposo Humilde y Casto de María; poderoso intercesor de las almas y guardián Fiel de la Iglesia; acudimos a vos, amado Padre, para que te dignes ampáranos y socorrednos en la lucha espiritual contra los enemigos de nuestra alma. Ven en nuestro auxilio y por tu humildad y pureza, líbranos de todo mal. San José terror de los demonios, venid en mi auxilio (3 veces)." 
"Oh Espada Gloriosa dada a Miguel Arcángel, por el Padre Eterno, del empíreo celeste! Espada Gloriosa: combate todo espíritu ruin en nuestras familias, en nuestra mente y en nuestro corazón. Gloriosa Espada de San Miguel Arcángel, coloca este signo victorioso sobre mi mano derecha para dar la victoria final y poder vencer todo espíritu destructor que quiera alejarme de la Gracia Santificante. Ven Gloriosa Espada de San Miguel, relampaguea con un rayo del Santo Espíritu, para poder ver el rostro de nuestro Padre Amado Celestial y ser digno de las promesas de mi Señor Jesucristo. Amén"
Dulcísimo Jesús, Redentor del género humano, míranos humildemente postrados ante tu altar. Somos tuyos, y tuyos queremos ser; pero, para estar más seguramente unidos a Ti, he aquí que cada uno de nosotros se consagra hoy libremente a tu Sacratísimo Corazón. Muchos, en efecto, nunca te han conocido; muchos también, despreciando tus preceptos, te han rechazado. Apiádate de todos ellos, Jesús misericordioso, y atráelos a tu sagrado Corazón. Sé Rey, Señor, no sólo de los fieles que nunca te han abandonado, sino también de los hijos pródigos que te han abandonado; haz que vuelvan pronto a la casa de tu Padre para que no mueran de miseria y de hambre. Sé Tú Rey de los que se engañan con opiniones erróneas, o a los que la discordia mantiene alejados, y llámalos de nuevo al puerto de la verdad y a la unidad de la fe, para que haya un solo rebaño y un solo Pastor. Sé el Rey de todos los que todavía están envueltos en las tinieblas de la idolatría o del islamismo, y no te niegues a atraerlos a la luz y al reino de Dios. Vuelve tus ojos de misericordia hacia los hijos de la raza, que en otro tiempo fueron tu pueblo elegido: desde antaño hicieron descender sobre ellos la Sangre del Salvador; que ahora descienda sobre ellos una fuente de redención y de vida. Concede, Señor, a tu Iglesia la seguridad de la libertad y la inmunidad de los daños; da la paz y el orden a todas las naciones, y haz que la tierra resuene de polo a polo con un solo grito: "Alabado sea el Corazón divino que obró nuestra salvación; a él sea la gloria y el honor por siempre". Amén.